Cuando alguien está en su punto más bajo, no necesita que lo arreglen, sino que lo comprendan, lo sostengan y lo abracen, ya sea con palabras, gestos o presencia.
Eso es cuidar. Aprender a cuidarmos unos a otros es una prioridad. Como dijo Adele Faber: "Cuando alguien se está ahogando, no es el momento de enseñarle a nadar. Extiéndele tu mano."