Y de pronto se te olvidan los viernes, ya no extrañas las fiestas ni la gente.
Prefieres conversar contigo, mientras alzas tu copa de vino, y brindas por ti.
Celebras tu autonomía, celebras tu sonrisa y tus ganas de vivir.
Ya te da igual el bullicio, inviertes el tiempo en ti. Y, por ganancia, recibes el coraje para seguir.
- Kelbin Torres -